Pasar al contenido principal

Juan Morales Malacara, un apasionado camino de la ciencia

Content builder
NOTICIAS

Juan Morales Malacara, un apasionado en el camino de la ciencia

por Susana Paz

Ciudad Universitaria, CDMX. 7 de mayo de 2021.- De niño recuerda las sombras de los murciélagos que se acercaban alrededor de la fogata en los campamentos a los que lo llevaba su padre. Desde entonces nunca tuvo dudas sobre a qué se dedicaría. El doctor Juan Bibiano Morales Malacara es hoy uno de los especialistas más reconocidos en México y el mundo por sus estudios en acarología y bioespeleología. 

Fue fundador en 2009 de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación en Juriquilla, Querétaro (UMDI) de la Facultad de Ciencias, desde donde ahora trabaja a cargo del Laboratorio de Espeleobiología y Acarología.  

En 1999 obtuvo el Premio Nacional de Entomología y el Premio Alejandrina a la Investigación en el área de Ecología. Es miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), además de contar con mas de 50 publicaciones en revistas arbitradas, nueve capítulos de libros, tres libros y dirigir 27 tesis de licenciatura y posgrado. 

Ha descrito 16 especies nuevas de ácaros parásitos y una especie de díptero parásito; sus investigaciones las ha desarrollado principalmente sobre ácaros ectoparásitos de murciélagos. 

Además ha sido científico visitante en 15 museos e instituciones de importancia internacional, como el Smithsonian Institution, el American Museum of Natural History en Nueva York, el British Museum, el Bishop Museum en Hawaii, el Instituto de Parasitología de la República Checa, la Universidad de Zaragoza, España, el Instituto de Ecología y Sistemática de Cuba, el Museo de Zoología de la Universidad de Zurich, Suiza, el Instituto Real de Ciencias Naturales de Bélgica, entre otros. 

Para Morales Malacara el mayor privilegio que ha tenido a lo largo de su carrera científica es dedicarse a lo que más le apasiona. “Lo ideal es siempre hacer lo que te gusta y eso es literal; la formula del éxito es hacer lo que a uno le gusta. Para mí es un gozo mi trabajo, no te imaginas cuánto lo disfruto y ese es un privilegio del que me siento muy feliz y afortunado y que trato siempre de decir a mis alumnos. Apasionarse, gozar lo que uno hace es lo mas honesto que les puedo transmitir a los jóvenes”. 

En entrevista habla de su vocación y los proyectos en los que está trabajando desde su casa en Querétaro y de los retos a los que se ha enfrentado en este confinamiento. 

De murciélagos y mentores

“Desde pequeño tuve el gusto de compartir con mis padres mi formación. En particular con mi padre; mis hermanos siempre me apoyaron porque soy el menor de la familia. Viajé mucho con él, le gustaba salir al campo y algunas ocasiones pernoctábamos ahí, con fogatas. Me acuerdo que al ver la fogata se acercaban los murciélagos a comer insectos, los insectos eran atraídos por la luz. Yo veía las sombras de los murciélagos y me fascinaba. Me fascinaba la naturaleza en general. Y dice un dicho: infancia es destino, y desde ahí dije, yo voy a trabajar con la naturaleza. Mi enfoque estaba establecido”.

Cuando llegó el momento de decidir, no tuvo ninguna duda para ingresar a la carrera de Biología. Y aunque ya tenía la curiosidad con los murciélagos, todavía no estaba bien definido a qué línea se enfocaría. 

“Pero entonces tuve el gusto de conocer a la doctora Anita Hoffmann, si bien a lo largo de mi carrera tuve grandes profesores que me formaron, ella fue una de las más importantes. Con ella me formé desde licenciatura, maestría y doctorado. La doctora  fue la pionera en los estudios biológicos en cuevas y fue quien inició el curso de bioespeleología en la Facultad de Ciencias. A la par su ayudante era el doctor José Palacios Vargas, después fueron cambiando ayudantes o profesores adjuntos y hasta la fecha he seguido impartiendo el curso”. 

Gracias a esas clases ya no se separó del área y empezó a estudiar murciélagos. 

“Una vez de empezar a verlos en microscopio, empecé a ver los acaritos caminando por el cuerpo y me fascinaron y dije, ¡esto es lo que quiero estudiar! Murciélagos, sus parásitos, fauna de cuevas y de ahí no me he despegado”. 

Fue a partir de 1977 que inició su aventura en la investigación acarológica a través de su desarrollo, formación y la obtención de sus grados académicos. En el transcurso de esas etapas la doctora Hoffmann lo impulsó para especializarse en la Acarología, y en 1980 obtuvo una beca y participó como estudiante en el curso de especialización en Acarología General y Acarología Médico-Veterinaria de la Universidad Estatal de Ohio en los Estados Unidos. 

La doctora Hoffmann lo invitó posteriormente a participar, primero como ayudante en Bioespeleología y después como ayudante en el Laboratorio de Acarología de la Facultad de Ciencias, hasta que en 1986 llega a ser Técnico Académico. 

Sus labores académicas en el Laboratorio se fueron incrementando a través sus diversas investigaciones y la impartición de cursos, así como la formación de nuevos alumnos, cuando en el año de 1992, concursó y ganó su plaza de Profesor Investigador de Tiempo Completo para con ello consolidar sus líneas de investigación en Acarología.

“Tuve oportunidad de viajar a muchos museos e instituciones por el mundo, tanto por estudios de maestría como de doctorado para poder revisar colecciones acarológicas y tener intercambio científico con curadores y especialistas en el área”. 

Con ello fue consolidando su experiencia taxonómica sobre los ácaros parásitos de murciélagos. Estos viajes continuos de revisión de colecciones, viajes de colectas y de investigación, los ha seguido realizando hasta la fecha. Justo antes de la pandemia tuvo oportunidad de visitar una colección del Instituto Real de Ciencias Naturales de Bélgica por tres años. 

Del éxito y lo más satisfactorio

En la pantalla de Zoom se alcanza a ver al lado del investigador un objeto cubierto por una manta azul. Su emoción es evidente cuando comenta lo que hay debajo. 

“Lo más apasionante es mi carrera, lo que estudio me fascina, en realidad es un gozo, incluso en la pandemia he trabajado más que cuando iba al laboratorio. Tengo aquí — señala la manta— instalado mi microscopio, tengo mi biblioteca, me traje además muchos ejemplares para seguir trabajando para no detenerme. De alguna forma el mayor éxito que he tratado de transmitir a muchas generaciones de alumnos siempre ha sido el gran privilegio que tengo de trabajar en lo que me gusta. Apasionarse, gozar lo que uno hace es lo mas honesto que les puedo transmitir a los jóvenes. Y esto es lo que me apasiona, el viajar por tantos museos; cada vez que entro a un nuevo recinto a revisar ejemplares, me pongo feliz. Es un gozo, un disfrute indescriptible”. 

Con el confinamiento afirma que, aunque no pueden salir a campo, se ha enfocado a seguir trabajando. Por fortuna tiene suficiente material de varias colectas que ha obtenido y que le han prestado para seguir estudiando los parásitos de murciélagos, tanto aspectos taxonómicos, biogeográficos, como aspectos de posibles vectores de algunos virus y la dinámica de la relación huésped – parásito. 

“Ojalá a futuro podamos salir ya a campo y seguir trabajando en lo que me fascina. Con mis alumnos estamos tratando de ver el aspecto biogeográfico evolutivo a través de diversas técnicas ya sea morfometría, morfología e inclusive incursionar en la parte molecular para ver la evidencia de estas rutas evolutivas, migratorias o de dispersión de los murciélagos, que es lo que hemos trabajo últimamente”. 

Para el científico, la pandemia ha significado un reto en muchos ámbitos, tanto para todo el mundo como en particular en México. A nivel académico afirma que ha sido muy complejo porque les falta el contacto con los alumnos. 

“Porque uno goza con las clases y es un privilegio estar al frente del grupo. Hemos tenido que aprender aspectos tecnológicos con las clases virtuales y son retos que tenemos que afrontar y solventar. Para mí es un privilegio ser profesor universitario, hacer investigación, a mí me gusta pensar que doy todo por nuestra universidad y nuestro país, tratando de aportar un granito de arena que ayude a toda la circunstancia que estamos viviendo y que ayude a mejorar la percepción y el cuidado a la biodiversidad”. 

UMDI- JURIQUILLA

“Para nosotros ha sido muy grato constituir la unidad en Juriquilla. Se trata de un grupo multidisciplinario, la mayoría somos biólogos pero también hay físicos, matemáticos y químicos. 

En la unidad trabajamos como si cortáramos un perfil de la Tierra hasta la atmósfera. Trabajamos todos esos procesos. Desde el subsuelo, yo he trabajado muchos años con fauna en cuevas; después tenemos suelos con la doctora Norma García Calderón; aguas continentales con el doctor Enrique Cantoral Uriza; la parte ecológica con la doctora Gabriela Castaño Meneses; los procesos biológicos y biorritmos con el doctor Manuel Miranda Anaya y la parte atmosférica la doctora Dara Salcedo, y el área matemática en donde desarrollan procesos y la modelación la doctora Amanda, Iván Santamaría y Saúl Hernández. 

De alguna forma conformamos este complejo disciplinario y hemos publicado a lo largo de muchos años varios trabajos multidisciplinarios entre algunos de nosotros enfocándonos a todas esas áreas, pero cada quien con sus propias líneas. Nos hemos enfocado mucho al aspecto ambiental para hacer frente también a los problemas más importantes de la actualidad”.  

–Dr. Juan Bibiano Morales Malacara