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Ciencias y sus pedregales

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Ciencias y sus pedregales, a un año de adopción

por Susana Paz

Ciudad Universitaria, CDMX. 11 de junio de 2020.- En una celebración virtual la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM conmemoró el primer año de la adopción de cinco afloramientos rocosos de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), que reúnen alrededor de 1.2 hectáreas y son considerados laboratorios  vivos de gran relevancia ecológica.

La directora de la FC, Catalina Stern, expresó que fue en junio de 2019 cuando la facultad se comprometió a seguir un programa para la identificación, rescate y conservación de estos afloramientos y refirió que la adopción fue impulsada tras una movilización de estudiantes y académicos para impedir que uno de esos afloramientos, conocido como “El Molotito”, se alterara para ampliar el estacionamiento de profesores. 

Fue en los años 80, recordó la directora, cuando un grupo de jóvenes académicos y estudiantes —sobre todo de la FC pero después se unieron otras facultades—, hicieron un llamado para reflexionar sobre el impacto que la construcción de nuevos edificios podría generar sobre el ecosistema del Pedregal y, mediante argumentos científicos, convencieron a las autoridades de establecer la REPSA.

“Lo que quiero señalar es que siempre hay jóvenes y personas que nos están obligando a ver hacia donde normalmente no vemos, a donde no tenemos la costumbre de ver. La discusión entre la construcción y estos espacios es una constante en todo el mundo y la UNAM ha tenido la sensibilidad de apoyar a todas las personas que defienden los espacios naturales; ahora tenemos una reserva de la que todos nos enorgullecemos y presumimos en todo el mundo”. 

El secretario de integración académica de la FC, Javier Álvarez, explicó que en el contexto que se vive actualmente es evidente la necesidad de conservar los ambientes naturales con toda su biodiversidad y evitar las presiones que los seres humanos ejercen para con ello evitar consecuencias como la que vivimos ahora. 

Silke Cram, secretaria ejecutiva de la Reserva, reiteró que en esta época por la que se transita, cobra una importancia crucial reflexionar acerca del medio en el que estamos insertos y del que formamos parte. Afirmó que lo que se haga en el medio nos lo hacemos a nosotros mismos. 

“Esto no es nuevo, esto ha sucedido desde que el ser humano empezó a transformar el ambiente. Entonces la pregunta es, qué más hace falta para convencernos de la necesidad de invertir más en el medio ambiente. Los recortes recientes que se anunciaron a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, indican que lo que menos hemos entendido de esta pandemia es lo mas importante. La biodiversidad es una fuente crítica para nuestro bienestar; si hay zonas que están intactas debemos dejarlas intactas, porque nos hacen más resilientes ante crisis como la que estamos pasando”.  

Para Silke Cram no solo se trata de espacios que soportan la biodiversidad, sino que han demostrado funciones sustantivas de la universidad; apoyan la investigación, docencia y divulgación. Además de ser origen de numerosos trabajos de tesis y prácticas. “Son aulas vivas que son muy útiles e importantes”.  

Una vida con los pedregales

El doctor Pedro Eloy Mendoza quien forma parte de la Comisión técnica por parte de la FC —junto con el doctor Zenón Cano—, hizo un recorrido histórico tanto personal como académico alrededor de los pedregales. 

Recordó que México es un país volcánico, caracterizado por enormes y bellas montañas. Entre las montañas del sur de la ciudad de México uno de los pequeños “volcancitos”, el Xitle, hace algunos años arrojó el derrame lávico del cual quedan claras evidencias de su efecto y su modificación en el entorno. 

Fue en su infancia cuando tuvo el primer contacto con los pedregales, pues sus padres compraron un pequeño lote entre los pedregales de Santa Úrsula y Santo Domingo. Desde entonces lo ha abordado un sentimiento de asombro, duda, misterio y de grandes historias que escuchó de niño.  

“Un sentimiento encontrado de los pedregales de joven, cuando mi madre regresaba con las rodillas sangradas, con los brazos cortados, las manos llenas de sangre porque había ido por agua a unos cuantos metros del lugar y se había caído en esas malvadas, filosas y caprichosas rocas”. 

Después, mientras cursaba sus estudios en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), cuando estaban los edificios en construcción y había roca volcánica por todos lados, algunos profesores le empezaron a inculcar la importancia de la naturaleza. 

“En los años 80 escuché que un grupo de valientes jóvenes se habían enfrentado a las máquinas y habían logrado detener aquellos bulldozer para evitar que se siguiera transformando el pedregal. A mí me parecían desde entonces unos superhéroes que estaban haciendo algo muy importante por nosotros y por el medio ambiente”. 

Decidió entonces estudiar Biología y fue en la FC en donde encontró la posibilidad de rescatar y conocer más a profundidad este ecosistema al que ha dedicado la mayor parte de su trayectoria académica. 

Explicó que estos pedregales han ido desapareciendo y sólo quedan menos del 30 por ciento protegidos en “pequeños archipiélagos”.

Fue a partir de la materia de Restauración ecológica que imparte cuando, en conjunto con profesores de la facultad, empezaron a ver que estos pequeños lugares son espacios de didáctica y conocimiento, por lo que empezaron a ser trabajados y valorizados. 

Para el investigador, los pedregales tienen una enorme importancia desde muchos punto de vista. Son espacios de heterogeneidad, conservación, amortiguamiento microclimático, funcionan para captación de agua de lluvia, como descomponedores de materia orgánica, como espacios de recreación y de contemplación. 

El Pedregal 

Se conoce como Pedregal al territorio de 80 km2 que cubrió la lava del volcán Xitle (xictli=ombliguito en Náhuatl) y conos adyacentes, los cuales hicieron erupción hace alrededor de 1670 años (año 280 de nuestra era). Esta extensión de roca volcánica, ubicada al suroeste de la Cuenca de México, cubrió desde las faldas del Ajusco hasta lo que hoy es la Avenida Miguel Ángel de Quevedo, probablemente haciendo contacto con el Lago de Texcoco. 

Se considera que al momento de la erupción, la cultura Cuicuilca ya estaba en decadencia, y este evento geológico daría fin a los vestigios que aún quedaban, quedando sepultado bajo la hirviente lava el centro ceremonial más importante del Preclásico.

La REPSA

La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) es una reserva natural urbana que pertenece a la UNAM.

En ella se resguardan 237 hectáreas de un ecosistema único, el matorral xerófilo de palo loco, habitado por al menos 1500 formas de vida nativas adaptadas a las condiciones naturales del sur de la Cuenca de México.

La REPSA abarca la tercera parte del campus universitario y representa el patrimonio natural de la Universidad Nacional y por consecuente de la sociedad mexicana. Conservándolo y permitiendo que siga su proceso natural podremos apreciar su inigualable riqueza y compartir este legado con las generaciones venideras.

Jornadas ecológicas

La doctora Irama Núñez, profesora de Biología en la FC quien tiene muchos años trabajando con sus alumnos en el pedregal, expresó que la colaboración en torno al estudio y trabajo de los pedregales ha ido en crecimiento, tanto de parte de los estudiantes como investigadores. 

Para la académica, establecer la figura que quedó plasmada en las bases de colaboración interinstitucional en el acontecimiento de hace un año, fue un objetivo logrado gracias al empeño de estudiantes, académicos, autoridades y profesores que desde hace tiempo trabajan en torno al cuidado de los pedregales. 

Las actividades sustanciales giran en torno a las Jornadas ecológicas, las cuales han promovido desde 2012 y son acciones y eventos voluntarios donde los grupos de estudiantes y profesores se reúnen con el objetivo de rehabilitación de espacios en la facultad. 

Estas jornadas ecológicas aprovechan el ecosistema del pedregal como un espacio educativo. 

“La educación ambiental tiene muchos propósitos; analizar y reflexionar sobre esta relación que tenemos con la naturaleza y qué mejor que aprovechar este espacio para ello. Los pedregalitos son espacios maravillosos para la cultura y para la educación ambiental, también para ir trabajando en la cuestión de identidad como universitarios, como pertenecientes a la Facultad de Ciencias, no importa de qué especialidad somos”. 

Para la investigadora, las nuevas generaciones que entran a la FC tienen que apropiarse, conocer estos espacios y formarse alrededor de ellos. “Nos hemos encontrado que ha habido estudiantes que salen de la licenciatura y en su vida se dan cuenta que estuvieron estudiando alrededor de un pedregal, que la facultad está construida sobre un pedregal”. 

Explica que, en colaboración con la REPSA, hacen recorridos con los estudiantes y llevan a cabo diferentes actividades lúdicas. Además, han elaborado diferentes materiales de comunicación. 

Durante las jornadas han restaurado, por ejemplo, áreas de la FC como el Lagartijero y el Molotito, donde han hecho limpieza tanto de residuos sólidos como las áreas de roca volcánica, poda selectiva e identificación de especies.

Participación estudiantil

Tres estudiantes de la FC hablaron sobre la organización que han emprendido a favor de la conservación de los pedregales, tarea en la que han participado diversos colectivos como Todos somos REPSA, Espinex, Fritos por la REPSA, Pro Pedregal Ciencias y Tlacuachízate, entre otros.

Las estudiantes Erandeni Moreno e Ivonne Alonso, de la carrera de Biología, además de Ianka Ivonne Castillo, de Física, reflexionaron sobre los principales objetivos de su organización y los retos que tienen para crear conciencia sobre este entorno natural. 

Afirmaron que lo que se pretende es hacer visibles estos espacios y promover la participación de los estudiantes porque son zonas vulnerables. Para ellas, la participación estudiantil va de la mano de las batallas y logros de la protección del pedregal, porque justamente son los estudiantes quienes le han dado fuerza a todos los movimientos de defensa. 

Las alumnas hicieron una invitación a toda la comunidad estudiantil para interesarse por estos temas y acercarse a estas organizaciones para colaborar, crear redes y defender los pedregales.