Pasar al contenido principal

Homenaje a Gerardo Vázquez Nin, científico que sentó las bases de la microscopía electrónica en ciencias biológicas en México

Content builder
NOTICIAS

Homenaje a Gerardo Vázquez Nin, científico que sentó las bases de la microscopía electrónica en ciencias biológicas en México

por Susana Paz

Ciudad Universitaria. CDMX. 19 de marzo 2024.- A Gerardo Herbert Vázquez Nin no se le puede pensar sin su instrumento: el microscopio electrónico. “Es el hombre y su instrumento”. En su primer aniversario luctuoso (1939-2023), el científico uruguayo nacionalizado mexicano fue recordado por familiares, colegas, amigos y exalumnos en una ceremonia que antecedió a la develación de una placa, la del Laboratorio de Microscopía Electrónica de la Facultad de Ciencias, que ahora lleva su nombre. 

Profesor emérito por la UNAM y el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), impartió cátedra en la Facultad de Ciencias por más de 50 años en donde fue fundador, junto con la doctora Olga Echeverría Martínez, del Laboratorio de Microscopía Electrónica que ha sido nombrado en su honor. 

Además elaboró, coordinó y fundó el plan de estudios e implementó la infraestructura de la especialidad en microscopía electrónica en la FC aplicada a las ciencias biológicas, la primera en México y de muchos países de Latinoamérica, en donde se han formado los especialistas más importantes del área en el país. 

“Fue un profesor que vivió en y para la universidad. Su trayectoria fue muy amplia y sus frutos fueron múltiples, sobre todo en la formación de alumnos en el área de biología celular, y  más concretamente en la especialidad de microscopía electrónica de la que fue impulsor y fundador.  Era un librepensador, el escritorio que usaba todavía tiene a Emiliano Zapata, que era una figura a la que admiraba mucho. No era alguien que se distrajera con otras cosas, lo fundamental para él era la ciencia”, expresó la doctora Olga Echeverría, con quien compartió también su vida a nivel personal.  

En el Auditorio Alberto Barajas Celis de la FC se reunieron sus familiares, amigos, colegas, exalumnos y colaboradores. Flores blancas y palabras memoriosas inundaron la mañana del homenaje póstumo de un científico cuya labor transformó la práctica de la biología celular en la Facultad de Ciencias y en el país, y que contribuyó al desarrollo y formación de una gran tradición en generaciones de especialistas en microscopía electrónica. 

“Es emotivo mirar al pasado y recordar el primer encuentro con el microscopio electrónico,  sobre todo para los que tuvimos el privilegio de ser guiados por el doctor Vázquez Nin, ya que te enseñaba a descubrir un mundo intracelular expuesto en una escala de tonos grises. Recuerdo la primera vez que observé una micrografía electrónica en la que, con mucha emoción el doctor describía: ¡mira, ahí hay un complejo sinaptonémico!  Y una se quedaba, ah sí, ok, y obviamente tú como inexperta llegas y ves una serie de puntos en tonos grises y él con toda la paciencia se tomaba el tiempo para explicarte cada parte que se exponía en la imagen. Con el paso del tiempo voilá, como él decía, ahí estaba la magia, ya podíamos ver los procesos celulares que él enseñaba en sus lecciones”, afirmó la doctora María Luisa Escobar Sánchez, profesora titular del Laboratorio de Microscopía Electrónica. 

Fue una de las colaboradoras más cercanas del investigador, del que, dijo, nunca dejó de maravillarse y sorprenderse con el material que le llevaban al microscopio. 

“Siempre estaba dispuesto a ayudarnos y apoyarnos, haciendo énfasis en que debemos ser muy estrictos a lo largo de todo el proceso del material biológico. El tiempo que obsequió a los que tuvimos el privilegio de trabajar con él es invaluable. De manera personal puedo expresar que no sólo considero al doctor Vázquez Nin como mi mentor, sino como un padre académico al que debo en gran medida la parte académica que soy”. 

Rosaura Ruiz Gutiérrez, exdirectora de la FC, recordó que además de ser un buen amigo, colaboraron juntos en el diseño de los planes de estudio de la carrera de biología de 1996 en donde él plasmó, a través de los talleres, la necesidad de promover una práctica académica capaz de relacionar  a los estudiantes con el trabajo profesional. 

“Es importante recordar la vida y obra de nuestro colega y amigo que se consagró de manera brillante tanto a la investigación científica como a la docencia, las cuales atraviesan 50 años de historia de la Facultad. Sin duda, la huella que ha dejado es profunda, un legado que no sólo contribuyó a forjar muchas de las fortalezas y logros de los que goza hoy nuestra institución, sino también de su porvenir”. 

Para la investigadora, su trabajo fue, al mismo tiempo, innovador y perdurable, y de ello rinden testimonio sus no pocos aportes a su propio campo disciplinar: la biología celular, cuyo estudio impulsó en México de manera fundamental con la introducción de la microscopía electrónica. 

“Logros como los anteriores son una pequeña muestra del impacto, la solidez y la diversidad del legado profesional del doctor Vázquez Nin, en él se cifran los valores que animan y determinan el progreso del conocimiento científico, el compromiso con los estudiantes, la tenacidad, el rigor en la investigación y la voluntad de diálogo (...) A esta serie de características que describen bien a este científico mexicano y uruguayo debemos agregar siempre el recuerdo de su amistad,  porque la ciencia que se hace en comunidad y requiere colaboración es también un espacio fecundo para la amistad y la generosidad”. 

Annie Pardo Cemo, profesora emérita de la FC, expresó la importancia de reconocer una vida entregada a la enseñanza, comprometida con la investigación, clara vocación docente y hallazgos científicos significativos que influyeron en el desarrollo de la biología celular. 

“Recuerdo que recibimos el mismo día el nombramiento de profesores eméritos, en su caso relacionados al fascinante mundo minúsculo que late en el interior del núcleo celular y la ultraestructura de la expresión genética, y yo que intento desenredar la madeja sobre el origen y evolución de enfermedades complejas tratando de hacer desaparecer cicatrices indeseables”. 

Edna María Suárez Díaz, profesora e investigadora del Departamento de Biología Evolutiva y coordinadora de la Unidad de Enseñanza del Área del Conocimiento de Biología de la FC, lo recordó como una de las personas más cariñosas y generosas. 

“No podemos pensar en Gerardo sin pensar en el microscopio electrónico. Gerardo es el hombre y su instrumento, y este instrumento es muy importante porque como recordaban, era muy difícil hacer investigación en aquel entonces, y más con un aparato tan caro, tan sofisticado, del cual generalmente no tenían acceso las facultades (...) Cuando digo que hay que pensar a Gerardo, al hombre y su instrumento, digo que este instrumento transformó por completo la práctica de la biología celular en nuestra Facultad, y no solamente fue importante para el desarrollo de una gran tradición en generaciones de microscopía electrónica, como Luis Felipe Jiménez, Lourdes Segura, Rosario Ortiz, y toda la escuela que formaron Olga y Gerardo, sino con toda la colaboración con otros grupos de investigación dentro de la misma Facultad. Cuando pensamos en una biología moderna, experimental que se realiza en nuestra Facultad, es indispensable pensar en el hombre y su instrumento”. 

Participaron en el homenaje Catalina Naumis Peña, académica del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información y Luis Felipe Jiménez, investigador y responsable del Laboratorio de Nanobiología Celular, quien rememoró sus inicios como estudiante del doctor Vázquez Nin, de sus primeros trabajos ante el microscopio y del parteaguas que significó en su vida académica su estancia en ese laboratorio del que nunca se imaginó sería tan definitivo en su camino profesional y académico. 

Aquí puedes ver el homenaje:

Ver homenaje