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Revista Ciencias, 40 años de ser referente en publicaciones científicas de Iberoamérica

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Revista Ciencias, 40 años de ser referente en publicaciones científicas de Iberoamérica

por Susana Paz

Ciudad Universitaria. CDMX. 7 de agosto de 2023.- En 2022 la Revista Ciencias cumplió 40 años de publicarse y de ser un referente de las revistas científicas en México e Iberoamérica. Su presencia en el ámbito editorial en busca de contribuir a la formación de una cultura científica en la sociedad le ha rendido numerosos reconocimientos. El último fue el Premio CANIEM de Arte Editorial, edición 2022. 

Desde 1982 la revista se publica desde la Facultad de Ciencias (FC) de forma ininterrumpida, se edita e imprime trimestralmente con un tiraje de 4 mil 400 ejemplares. A la fecha se han producido 126 números –119 regulares y siete especiales–, además de cuatro antologías. 

César Carrillo Trueba, editor de la revista y quien pertenece al Grupo de Difusión del Departamento de Física de la FC, lleva 35 años al frente de la publicación y afirma que uno de los mayores logros es la articulación que tiene con la comunidad, pues se trata de un proyecto que han adoptado como propio.

Biólogo por la UNAM y maestro en antropología social y etnografía en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, César Carrillo nos habla de la “manufactura férrea” de hacer una revista de principio a fin, de lo que significa el trabajo de editor y de los desafíos que enfrenta en el ámbito editorial. 

Detrás de su escritorio, en un pizarrón de corcho, una hoja está sujeta con una tachuela. “No te dejes (...) No te dejes comprar, pibe, pero tampoco vender”, dice Cortázar. Afuera se balancea el follaje de los fresnos. Las hojas se desprenden. Es otoño. El invierno empieza a dibujarse y la primavera es una idea muy lejana todavía. 

SUSANA PAZ (SP): ¿Cómo surgió esta publicación?

CÉSAR CARRILLO (CC): La revista cumplió 40 años y nació en el Departamento de Física por iniciativa de investigadores, principalmente de físicos. En esos años se había formado un grupo llamado Ciencia y sociedad, era una época en la que se pensaba que no se había tratado el tema de la ciencia y su relación con la sociedad; se veía a la ciencia como algo neutro, impoluto, por encima de todo y, justamente después de la Segunda Guerra Mundial, con todo lo que se hizo para la bomba y después la guerra de Vietnam, todo ello generó un revuelo en el mundo entero y se empezó a cuestionar la ciencia tal como se hacía. 

Al cuestionarla se cuestionaron también sus vínculos con la economía, con el sector de las armas, con la ideología, todo este boom de determinismo biológico que dio origen a la sociobiología en los años 80. En ese impulso y con este contexto surgió la idea de tener un órgano, ya había existido una revista anteriormente que era Naturaleza, que creó Luis Estrada pero había desaparecido y había un hueco, por lo que surgió primero un boletín aquí en Física, y después apareció la revista Ciencias, con esa idea que buscaba reflexionar sobre lo que es la ciencia. 

Entonces tiene ese sello de que nació en ese momento y eso permitió en un principio entrar a todas las ciencias: biología, astronomía, geología e ir abriendo un poco de sociales y filosofía. Después se amplió el comité editorial, con personas de sociales, León Olivé de Filosóficas, López Austin de Antropológicas, entró mucha arqueología, antropología e historia. Se traducían también las grandes firmas de divulgadores, como Carl Sagan, por ejemplo.  

Pero empezamos con la idea de que nosotros teníamos que generar los textos, que hubiera autores que fueran investigadores y que generaran sus propios artículos y reflexiones desde la perspectiva de lo que es hacer ciencia en México. Entonces ha sido un proceso muy interesante porque la Facultad se apropió del proyecto. Si bien fue un proyecto que nació en Física, muy pronto todos los demás departamentos lo arroparon y todas las decisiones se empezaron a tomar a nivel de consejo técnico para que la revista fuera efectivamente de la Facultad, con todo y que está asentada en Física. De aquí es de donde hemos recibido el mayor apoyo, pero es la revista de la Facultad. 

Creo que no podría existir un proyecto cultural en una institución así, si no tiene el apoyo de la Facultad. Aún con todo y los cambios generacionales de maestros y de quienes apoyaron el inicio de la revista, porque muchos ya no están, muchos ya fallecieron y otros ya se jubilaron, la publicación ha prevalecido todos estos años. 

SUSANA PAZ (SP): ¿Cómo fue el proceso de evolución de la revista ?

CC: Con el tiempo la revista empezó a crecer y tuvo que pasar por un proceso de profesionalización. En mi caso tuve que hacerme en el sentido del oficio, yo soy biólogo y antropólogo, pero mi oficio es ser editor, conozco todas las fases del proceso, hasta la impresión. Todo eso era muy importante al principio cuando estábamos pasando a ser una publicación más sólida. Contábamos con una persona que fue una gran ayuda y que estudió matemáticas, la hija de Vicente Rojo. Y cuando empezamos con la idea de profesionalizar, le dijimos que si su papá nos podía ayudar para hacer un diseño más adecuado. 

Vicente Rojo nos recomendó a una de sus alumnas y dijo que la iba a estar supervisando. De esta forma nos empezaron a apoyar más en la Facultad, empezamos a imprimir en la imprenta Madero, que es una imprenta mítica en México, donde empezaron muchos proyectos editoriales y de la que salieron grandes diseñadores. 

Nosotros tuvimos la oportunidad de formarnos en el camino, la revista a nivel editorial es profesional cien por ciento y se ha mantenido con esta línea a pesar de que el equipo ha ido cambiando. 

El fundador fue Humberto Arce que era profesor de física, quien fue realmente el impulsor y fue muy lúcido en cómo construyó el proyecto. Después se retiró y entró en la dirección Patricia Magaña, que hace unos años se fue, y después entró ahora como director Pedro Miramontes. 

En estos años el equipo se ha reducido mucho, somos tres, y hemos ido adaptándonos a los cambios. Hicimos la página web y también la colección de antología; se me ocurrió crear una colección seleccionando artículos, porque curiosamente antes de que tuviéramos la web venían los estudiantes a pedirnos revistas para fotocopiar artículos. 

Nuestra revista se vende, es una de las cosas que siempre me enorgullece decir, es un reto porque quien conoce del ámbito editorial sabe que las publicaciones universitarias tienen un problema de distribución tremendo. Nosotros ni nos ven en las librerías de la UNAM, algo que se debe decir que me parece el colmo que no se distribuya ahí, pero nos distribuye Sanborns, Vips, voceadores, estamos en los puestos de todo el país. 

Tiramos 4 mil 400 ejemplares y se vende generalmente en los tres meses en que aparece el siguiente número. Somos un equipo muy pequeño y los recursos no han crecido pero el proyecto sigue creciendo. 

Estaba el debate de si pasar a virtual, que era lo que hace algunos años se discutía, si iban a desaparecer las revistas físicas, y lo que pienso es lo que decía Umberto Eco que explicaba que el que desaparecieran es un sinsentido, lo que debería haber es una complementariedad. Así fue como se concibió la página, que fuera un repositorio donde uno pudiera llegar por los temas y por palabras claves que luego están como ocultas, y la gente cae al artículo, luego al número y luego al sitio de la revista.

SUSANA PAZ (SP): ¿Cómo se concibió el formato y diseño de la revista?

CC: El formato se fue trabajando con los diseñadores y los recursos que teníamos. Al inicio decíamos que queríamos una revista a color, es lo que pensábamos que era lo mejor, pero no teníamos dinero para imprimir a color, así que empezamos blanco y negro. Nos hemos matenido ahí, con todo lo que permite el blanco y negro. En algún momento quería dos tintas, pero tenemos un muy buen impresor, que es la imprenta Offset Rebosán, y ellos cuidan mucho su trabajo, por lo que  tenemos una calidad de impresión que parece que son varias tintas. 

Hay una estética que se ha ido trabajando y ganamos premios con blanco y negro.  En una época trabajamos con una diseñadora muy buena que todavía tenemos y que hizo el diseño, Azul Morris, una de las mejores diseñadoras de México. Hace poco leí una entrevista que le hicieron y dice que uno de los proyectos que más le ha gustado hacer es la revista. 

Las portadas son todas de artistas mexicanos, en su mayoría son originales que nos dan los artistas. Parte de mi trabajo es ver galerías y exposiciones para estar al tanto de los trabajos, pero no tenemos recursos para pagar ni artículos ni imágenes, todo es gratis, todo lo que nos dan para portada, son artistas que uno conoce, o que se les pide que colaboren y, afortunadamente, la mayoría aceptan. 

En cuanto a los temas, la revista siempre ha estado abierta a toda temática que tenga una relación con la ciencia, no tiene que ser un artículo estrictamente de biología, física o matemáticas. Hicimos por ejemplo un número con varios arqueólogos y es todo el uso de elementos de la física, química y biología para el estudio y conservación de los sitios arqueológicos. 

La UNAM tiene una riqueza de investigación que uno puede pasar la vida entera y no se agota. Y también vivimos en un país que es pluricultural y cada una de esas 60 y tantas culturas que viven tiene conocimientos, por qué no recibir artículos de ellos. Tenemos un texto sobre el maíz de una chica mixe que aunque no tiene un título universitario ni como investigadora, conoce bien el trabajo en su comunidad y esa información es relevante para la gente que está trabajando también ese tema, por lo que es una manera de complementar y dar un espacio a esas voces que tienen un conocimiento que vale la pena. Es algo necesario y la revista tiene que dar un espacio para eso. 

La revista tiene su sello que no a todo el mundo le parece ideal, pero también tiene una gran aceptación por un público interesado en ciencia, y a muchos investigadores, profesores y estudiantes les gusta eso también. Hay gente que no está de acuerdo, que no le gustan las imágenes, y pues es normal, hay gente a la que le gusta lo literal para ilustrar. Lo que trato es que haya un discurso gráfico que aporte a la gente, que descubra, que vea, que sienta, que vean que hay diferentes formas de representar las mismas cosas de las que uno habla.

SUSANA PAZ (SP): ¿Cuáles son los criterios editoriales para quien quiera publicar?

CC: Como editor soy riguroso con lo que se va a publicar, pero con los estudiantes trato de ser lo más flexible dentro del rigor para darles la oportunidad de escribir. Me parece de lo más importante que los estudiantes participen en la elaboración de la revista. Y no sólo de la Facultad sino que tenemos estudiantes de diferentes instituciones, de universidades interculturales, de provincia, y curiosamente la revista se ha vuelto como la revista más importante de Iberoamérica. Recibimos textos de España, de toda América Latina, recientemente de Estados Unidos. 

En la página hay cada vez mayor número de visitas de la comunidad hispana en Estados Unidos, eso es muy interesante. Al año tenemos más de 700 mil visitantes en el sitio web de la revista. 

Para mí lo más importante de un artículo es la estructura. Debe tener una estructura clara, que te lleve, que plantee un problema, una incógnita, un algo, y vaya llevando y desarrollando, que te va a llevar a algo para terminar mostrando la complejidad de algo. 

Quien va a escribir puede usar muchos recursos narrativos, al final la revista es escrita. La narración es algo muy importante, tienes que saber cómo vas a narrar, cómo vas a contar tu historia. Buscar alguna cosa que venga de la literatura, algo que acerque al agente, que le sea cercano.

En el caso del lenguaje, y con las carencias tan grandes del sistema educativo, ya no pido demasiado, si la estructura está bien, ya nada más se le mete una manita de gato o una garrota de tigre. 

Es una revista pensada para un lector al que consideramos una persona activa, no es una persona pasiva. No hay lectura si el lector no es activo, tiene que entrar al texto, tiene que empezar a recorrerlo, y tiene que empezar a encontrar respuestas en una especie de diálogo mental. Está pensada para lectores que van a dar ese paso, que le interesa algo específico. 

Intento evitar cargar el texto con tecnicismos. Cuando veo algo que se dispara hago un recuadro para no hacer tan denso el texto. 

Los números están pensados para tratar generalmente un tema central, y luego otros temas que no tienen que ver forzosamente, pero sí hay un núcleo, y ese núcleo son tres artículos, a veces cuatro, si es un número doble pueden ser hasta ocho con un tema. A veces todo el número es monográfico, el caso más reciente es uno de ecología y cambio climático. 

Así se van armando los números, a veces pido cosas, temas como todo el asunto de género tan poderoso, estoy desde hace unos años con un número sobre ciencia y género intentando salir de los lugares comunes. 

Recurro con frecuencia al consejo editorial y a algunos de los colaboradores. Hay temas que son polémicos, que son difíciles de dictaminar y hay que mandarlos a evaluar. Pero es una revista que abre sus puertas al debate. Los asuntos de ciencia de repente están atravesados por la filosofía, la ética, los valores, la ideología, la política. Es una revista muy abierta en ese sentido. Tenemos números que se hicieron históricos, como el del maíz transgénico, y ahí estábamos invitados a la Cámara de Diputados porque estaban usando la revista para discusión, y así sucedió también cuando estaban discutiendo lo de energía nuclear. 

Y esa es su función, la universidad en su función de difusión tiene eso en el caso de la ciencia, aportar elementos de la ciencias sociales, humanidades, naturales, para que la gente entienda lo que está pasando, participe, se informe y tome decisiones, esa es nuestra labor. En realidad la revista se debería llamar revista de cultura científica, no de difusión. 

Nuestra labor es generar una cultura científica en la sociedad, y eso yo si me lo tomo muy en serio, la gente debe ser capaz de estar enterada de asuntos relacionados con ciencia, sea para su salud, para su vida cotidiana, el origen del universo, entender de dónde venimos, quiénes somos, a dónde vamos, desde una perspectiva amplia y rica. 

SUSANA PAZ (SP): ¿Qué es lo más satisfactorio en este camino como editor?

CC: Lo que más me da gusto, tanto de los libros que he escrito como de la revista, es cuando llego a algún lugar y alguien me dice ¡ah, la revista! sí, yo la recibo, yo la compro, me gustó mucho este o tal número, esa es la mayor satisfacción, y me ha pasado en todos los lugares y hasta fuera de México, en los foros latinoamericanos. 

Los premios siempre dan gusto, ya ganamos el Premio Nacional de Periodismo, otros reconocimientos de los periodistas, la distinción Jóvenes Universitarios, hemos ganado premios importantes. Los de al arte editorial los hemos ganado varias veces, se trata de un premio muy peleado que otorga la Cámara de la Industria Editorial, adentro hay 50 mil personas, muchos editores, todos los años hay una producción brutal de libros, y todo mundo manda y quiere ganar uno de esos premios y nosotros nos hemos mantenido, hemos ganado tanto como revista cultural como en el rubro de ciencia y tecnología. 

Tenemos muy presente el tema del arte, en la revista hay una parte muy estética. Creo en la filosofía del bauhaus, que lo funcional debe ser bello, estético, que el texto fluya, que no tenga tropezones, que entiendas, lo recorras, lo disfrutes, que las imágenes te vayan diciendo algo, que cuando leas un artículo digas, me dejó algo, porque al final se trata de una experiencia. 

SUSANA PAZ (SP): ¿Cuáles consideras que son los principales desafíos y retos para la revista?

CC: Hay varios problemas, hay algunos que son serios y se han vuelto estructurales. La ciencia, a pesar de todo, no termina en la cabeza de los funcionarios de ser parte de la cultura. Para los funcionarios todavía no está integrado esto. 

Por ejemplo, la cultura en la UNAM es teatro, danza, literatura, música, pero la ciencia está allá, en otra parte. De repente tenemos el MUAC nuevo y el pabellón financiado por Slim, el Universum, pero dentro de la difusión de la UNAM nosotros quedamos en un limbo, ni nos difunde la coordinación de investigación científica porque no somos investigación, ni nos difunde el área de difusión de la cultura, y el área de divulgación de la ciencia es Universum y ya, no hay otra cosa. Nosotros no somos parte de ellos, estamos en un limbo donde no tenemos acceso a los medios, entonces nos mantenemos por un esfuerzo particular. 

Lo segundo es que había un asunto del sistema de investigación que daba mucho peso a los artículos y poco a la difusión, empezamos a tener dificultades para que nos escribieran. Pero ahora con los cambios de la política de Conahcyt, de que tienen que publicar algo como parte del programa, nos están llegando otra vez muchos textos, aunque llegan como apurados. 

En tercer lugar, el asunto de la distribución se ha vuelto difícil, el que ya no haya casi periódicos impresos ha ocasionado que los puestos de periódicos ahora ya sean de cigarros, muñecos, chicles. La red de distribución no ayuda porque no existe una red de distribución de publicaciones científicas. 

En el caso de este último reconocimiento, los premios ayudan, nos levantan un poco el ánimo, pero no lo son todo. Tenemos un reto enorme, ahí la llevamos, con los pocos recursos que tenemos nos hemos logrado mantener. La divulgación siempre ha estado muy castigada en recursos, a nosotros nos tienen con lo básico pero sin crecer, hay que estar batallando mucho para que no se muera, para que no se estanque la revista y evitar que se vaya para abajo. Por suerte la comunidad nos sigue respaldando, tenemos el apoyo de profesores, investigadores y demás, pero es complejo, aunque esta labor siempre será fascinante.

Visita el sitio web:

www.revistacienciasunam.com