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Equipo de Lansbiodyt gana concurso de innovación con biosensor para detectar VPH

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Equipo de Lansbiodyt gana concurso de innovación con biosensor para detectar VPH

por Susana Paz

Ciudad Universitaria. CDMX. 22 de enero de 2024.- Un equipo de científicos del Laboratorio Nacional de Soluciones Biomiméticas para Diagnóstico y Terapia (Lansbiodyt) de la Facultad de Ciencias ganó el premio del jurado del Programa de Incubación para Emprendimientos Científicos en Salud 2023 (PIECS) con el proyecto Unidad Versátil de análisis de Biomoléculas para detectar virus de papiloma humano (VPH). 

Se trata de un programa desarrollado por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA), el Centro de Estudios de la Complejidad (C3) y el Seminario de Investigación Interdisciplinaria en Biomedicina. 

La doctora Tatiana Fiordelisio Coll, responsable del Lansbiodyt y encargada de coordinar al grupo de 30 científicos multidisciplinarios para esta innovación, expresó que mediante un programa intensivo en el que se implementó la metodología EBELI (Evidence based entrepreneurship and lean innovation) lograron enfocarse y encontrar el problema de salud en el cual podían aportar el mayor valor.

En poco más de cuatro semanas 27 equipos con diversos proyectos trabajaron en el desarrollo de sus propuestas innovadoras y en un modelo de negocio cuyo objetivo es llegar a un usuario final. 

Un jurado conformado por directores de institutos de salud y empresarios otorgó el premio al equipo del Lansbiodyt por haber presentado un proyecto que desde la concepción de la idea, hasta el producto y considerando el usuario final tiene viabilidad, factibilidad y madurez. 

“Esto nos abre puertas porque finalmente son empresarios e instituciones que se interesan en que el proyecto llegue a buen puerto, a un destino final. El premio fue porque el proyecto que presentamos tiene un impacto importante y viabilidad técnica; el jurado decidió que merece seguimiento y apoyo. Después de haber ganado hemos tenido varias reuniones para ver en qué necesitamos trabajar, por ejemplo, mejorar el diseño, desarrollo industrial para que quede mejor el empaque, hacer más sólida nuestra parte de negocio, cómo lo vamos a producir, maquilar, cómo lo vamos a distribuir, entre muchos otros temas”, afirmó la investigadora. 

Equipo de Lansbiodyt gana concurso de innovación con biosensor para detectar VPH
Equipo de Lansbiodyt gana concurso de innovación con biosensor para detectar VPH
Foto y video: Alejandra Mondragón Godínez

Prueba rápida, confiable y barata para detección de VPH

El proyecto con el que ganó el equipo consiste en generar una prueba rápida, confiable y  sensible para la detección del virus de papiloma humano, tomando en cuenta que en el Lansbiodyt tienen la experiencia con el desarrollo del biosensor para detectar COVID 19. 

La idea de incidir en este tema tiene que ver con un escenario en que mueren más de mil 900 mujeres de cáncer cervicouterino y hay más de cuatro mil nuevas infectadas de papilomas cervicouterinos al año. 

“En este proceso de investigación nos dimos cuenta que más del 70 por ciento de las mujeres en México no se hacen jamás la prueba de papanicolaou para detectar papiloma, son más o menos 23 millones de mujeres, eso conlleva a tener un alto porcentaje de mujeres que mueren de cáncer cervicouterino. Es evidente que tenemos que aportar a eso porque es un cáncer prevenible si se detecta a tiempo”. 

Otro aspecto por el que decidieron abordar este tema fue que la prueba que se hace con mayor frecuencia es el papanicolau, lo cual presenta diversos problemas en México.  

“Uno, la toma de muestra la hace un ginecólogo y la mayoría son hombres. Ir al ginecólogo,  todavía es, en muchas partes de nuestro país, un tabú; muchos maridos, novios, no dejan que las mujeres vayan a que las revise otro hombre. Y las mismas mujeres no están dispuestas tampoco. Otro punto es que la toma de muestra en sí misma todas sabemos que es una tortura, una experiencia incómoda, desagradable. Aunado a que no hay ginecólogos en todos lados, todo esto representa un enorme filtro para que las mujeres no se hagan la prueba”.  

Para la investigadora, otra problemática es que el papanicolau es una prueba citológica y resulta subjetiva al depender de las habilidades y conocimientos de quien la hace y analiza, es decir, un patólogo. 

“El siguiente grave problema es que en este proceso de aprendizaje entrevistamos a muchos patólogos y nos decían que casi 60 de las muestras no llegan bien. Entonces ya te animaste a ir, ya pasaste todo el sufrimiento de la toma de muestra y resulta que la muestra no sirve, entonces no vas a regresar. Además es una muestra que en los mejores lugares tomados llega a tener hasta 20 por ciento de falsos negativos, es decir, que no está bien clasificada; en nuestro país llega a ser hasta del 60 por ciento”. 

Si bien existe también la prueba de PCR, a la que estamos familiarizados con el tema de COVID 19, es cara y requiere equipo y personal calificado. Esta es la única prueba que es compatible con lo que se llama “autotoma” de muestra y que permite hacer un PCR, la cual es una prueba más sensible que la citológica.

En este panorama, el equipo está trabajando en un dispositivo compatible con la autotoma segura de muestra con el que los médicos familiares en pequeñas clínicas de salud privadas podrán utilizar el biosensor y el lector en su consultorio y obtener un resultado en 45 minutos en forma automática. 

A través de una técnica de hibridación, semejante a la PCR, se puede tener un resultado fluorescente, sin necesidad de amplificación. Sólo se coloca la muestra en el chip y el equipo desplaza perlas magnéticas para que se realicen las reacciones hasta obtener el resultado en pantalla. Con esto se resuelven otros problemas detectados, como la dependencia de un experto y diversos equipos para evaluar el resultado. 

“Creemos que con esas ventajas las mujeres en cualquier lugar, solas, toman su muestra, la meten en un tubito y podemos hacer la prueba como la de COVID 19, es decir, una reacción que detecta el DNA del virus del papiloma, y saber si hay una infección o no. Y todo eso más rápido, más barato, más sencillo y compatible con la autotoma. Esa es la propuesta que presentamos, es la propuesta que ahora como laboratorio nacional estamos desarrollando. Evidentemente todavía no está terminada, necesitamos pasar todas las fases de verificación, validación, etcétera”. 

Han empezado ya el trámite para certificarse y poder ofrecer un servicio con el cual probarán su método, pero en el que también podrían hacer PCR para la detección del VPH, tal como lo hicieron con la detección de COVID 19, mientras validan el suyo. 

“Ofrecer el servicio por detección de PCR para poder validar también el nuestro, ese es el plan. Estamos haciendo las adecuaciones en infraestructura, en espacio, estamos viendo el personal que puede hacerlo y sobre todo, la certificación que nos permita hacerlo”.

En principio este proyecto lo van a trabajar con el Departamento de Biología de la Reproducción  del  INCMNSZ. 

“El dispositivo final que esperamos tener en un par de años es una prueba como las rápidas que usamos para COVID 19, de antígenos, en la que coloques tu muestra o el doctor o la enfermera, y puedas ver si hay un color rojo, verde, de ahí decir usted tiene probablemente una infección hay que ir con un especialista. Con ello lo que pensamos es que podemos aumentar el tamizaje, que más mujeres al menos se hagan la prueba. Definitivamente después tienen que ir con un especialista, pero al menos aumentamos el tamizaje”. 

Retos y responsabilidad social

El trabajo previo que tuvieron con el biosensor para detectar COVID 19 se relaciona con este nuevo proyecto, porque ambos son un virus. En el caso de COVID es un virus de RNA que está en vías respiratorias, y en el de VPH es un virus de DNA, el cual carece de membrana, lo que hacía más difícil la detección en el anterior. 

“Todo lo que aprendimos en COVID, todo lo que enfrentamos en ese caso, incluida la parte normativa de lo que hay que hacer, lo vamos a aplicar, entonces esperamos que esté mucho más rápido.  En este caso la complejidad es que hay muchas más cepas, en papiloma cervicouterino son 50 cepas y de esas por lo menos cuatro (la 16, 18, 31 y 51) son las de mayor peligro de causar cáncer.  Ese es el reto de este sensor: escoger los sitios que vamos a reconocer del virus, porque son muchas más cepas”. 

En el proyecto está participando todo el equipo del Lansbiodyt. Para el concurso y la presentación de EBELI, trabajaron Diego Zamarrón, Diana del Río y Yasab Ruíz.

En diciembre de 2023 hubo una ceremonia de entrega de reconocimiento, a partir de ello los organizadores están buscando el mejor nicho para desarrollar el proyecto. 

“Nos dijeron que el proyecto había generado mucho interés y que había varias empresas e instituciones que estaban interesadas. Creemos que tiene un buen futuro, nosotros seguimos trabajando y lo queremos hacer lo más eficaz posible. Todo el equipo del Lansbiodyt tiene un chip de un compromiso social. Como científicos tenemos un compromiso social, no sólo porque nuestros sueldos vienen de los impuestos sino porque tenemos los conocimientos para poder generar un cambio, para aportar soluciones a los problemas de la gente. Tenemos además una responsabilidad con las mujeres; vamos a instalar el servicio otra vez porque tenemos la capacidad, implica más trabajo pero creemos que podemos hacer una diferencia”, expresó Tatiana Fiordelisio. 

El Lansbiodyt fue creado entre la Facultad de Ciencias de la UNAM, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas (INER) y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ). Su misión está enfocada en un modelo de innovación, tratando de imitar a la naturaleza; de colaboración, incorporando a diversos grupos académicos, clínicos e industriales de manera que se resuelvan problemas específicos; y de tecnología traslacional, haciendo que las mejores ideas sean la solución para los problemas actuales validando hipótesis y desarrollando prototipos de tecnología avanzada.

¿Qué es el VPH?

VPH son las siglas para referirse al virus de papiloma humano. Los VPH son un grupo de más de 150 virus relacionados. A cada variedad de VPH se le asigna un número, lo que es llamado tipo de VPH. Los VPH son llamados virus del papiloma debido a que algunos tipos de VPH causan papilomas (verrugas) que son tumores no cancerosos. Sin embargo, se sabe que algunos tipos de VPH causan cáncer, incluyendo cánceres de cuello uterino (la base de la matriz en la parte superior de la vagina), vagina, vulva (el área alrededor del exterior de la vagina), pene, ano y las partes de la boca y la garganta.

Fuente: https://www.cancer.org/es

 

Cáncer cervicouterino

En México, para 2020 el cáncer cervicouterino es el segundo más diagnosticado y la segunda causa de muerte en mujeres, con un estimado de 9 mil 439 nuevos casos y 4 mil 335 muertes. Una tasa de incidencia de 12.6 y de mortalidad de 5.7 por 100 mil, aunque con respecto a 2012 se observa una disminución importante en la incidencia.

En 2021, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) detectó mil 155 casos nuevos y mil 59 defunciones con una tasa de incidencia de 2.26 por 100 mil y una tasa de mortalidad de 5.23 por 100 mil.

Fuente: https://www.gob.mx/imss/

Foto: ALISSA ECKERT/CDC