Ciudad Universitaria. CDMX. 6 de febrero de 2024.- La estudiante de Ciencias de la Tierra, Diana Cantillo Pineda obtuvo la Beca ExxonMobil para la Investigación 2023- 2024 que es otorgada cada año por la empresa petrolera a seis estudiantes de la UNAM y que consiste en un apoyo de $2,000 dólares (estadounidenses) para cubrir gastos relacionados con su proyecto de tesis de licenciatura que realiza bajo la dirección del profesor Omar Arellano Aguilar, de la Facultad de Ciencias (FC) y de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (Encit). 

El programa de Becas ExxonMobil para la Investigación (BEI) es administrado por el Institute of International Education, Latin America & Caribbean (IIE LAC) y fue creado para facilitar el desarrollo de proyectos de investigación en las áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). El apoyo se otorga a estudiantes sobresalientes que estén cursando su último año de estudios de licenciatura en la UNAM, para completar sus proyectos de investigación, según se afirma en su sitio web. 

Con el título Propuesta de ordenamiento ecológico territorial vinculando integridad ecohidrológica y paisaje como elementos clave para el saneamiento del río Atoyac en Tlaxcala y Puebla, la tesis forma parte de un proyecto más amplio en el que participa el doctor Omar Arellano. 

“Es una pieza que forma parte de todo lo que está armando el profesor en sus demás proyectos. Mi tesis se va a encargar de estudiar el ordenamiento territorial como una propuesta más para el saneamiento del río Atoyac en los estados de Puebla y Tlaxcala, con el objetivo de darle un uso adecuado a las condiciones medioambientales que hay en el sitio”. 

Para ello participó en dos campañas de muestreos de agua en diferentes puntos del río, uno en temporada de secas y otro en lluvias, los trajo a la Unidad de Análisis Ambiental de la FC para estudiar la presencia de  aniones, cationes y metales pesados, entre otros.

“Con esos resultados voy a desarrollar indicadores de calidad de agua y otro de vegetación riparia. Después de eso se hará una calificación de los sitios donde se tomaron las muestras. La idea es revisar la legislación de ordenamiento territorial de los municipios y los estados para que, con base al análisis en laboratorio, se pueda llegar a definir si son áreas en las que corresponde su protección o si necesitan cambiar su gestión; por ahí va mi propuesta. Este análisis va a permitir respaldar la creación de nuevas unidades de gestión ambiental, y en caso de las que ya existen, ver si corresponde esa gestión con los resultados del  laboratorio y lo que se observó en campo”.  

El río Atoyac es uno de los más contaminados de México, existen numerosos estudios académicos y reportajes periodísticos que han evidenciado esta situación. Al río llegan descargas de agua municipal, del drenaje habitacional e industrial. 

“Ahí está San Martín Texmelucan que es un municipio que se dedica a la industria textil. Muchos de sus habitantes tienen pequeños talleres y por la falta de tratamiento de agua toda el agua residual de esos talleres llega al río. En una ocasión en el muestreo en campo nos tocó ver una descarga de agua de textil y en un momento el río estaba café pero segundos después era azul color mezclilla. Desde luego también está la Volkswagen de Puebla, mucha industria metal mecánica, química, de plásticos, y si bien se trata el agua, no se hace de forma suficiente y todo eso descarga en el río”.  

Desde hace años se ha registrado que los habitantes de esas zonas tienen problemas graves de salud. 

“Hay niños con insuficiencia renal, con cáncer, y también el río tiene un olor muy fuerte. Dicen las personas que en las noches, que es cuando más descargan, el olor es tan fuerte que los despierta, entonces hay graves problemas de salud a causa de la contaminación del río”. 

Diana explica que con este análisis, tanto los resultados de laboratorio y la revisión de la legislación del ordenamiento territorial, podrá hacer una propuesta que le permita a la autoridad municipal poner enfoque en los sitios que aún mantienen estabilidad óptima y los que necesitan otra gestión. 

Omar Arellano, profesor del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de la FC hasta 2023 y actualmente catedrático de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra, expresó que fue desde el servicio social cuando Diana se empezó a interesar en los temas de investigación que realiza en su grupo de trabajo el cual aborda aspectos de riesgo ecológico. 

“Tuvo la oportunidad de visitar el área de estudio, la zona alta del río Atoyac, y conocer la problemática socioambiental que se vive ahí por la contaminación química en el río. A partir de eso se interesó en continuar en el trabajo de su tesis de licenciatura, entonces le propuse como tema de investigación abordar aspectos que tienen que ver con el ordenamiento ecológico territorial basado en propuestas de manejo para la restauración de ese ecosistema contaminado y degradado ambientalmente. A partir de ahí se entusiasmó, empezó a trabajar y de manera autónoma buscó esta beca”. 

A lo largo de su trayectoria, el investigador ha asesorado alrededor de 10 tesis de licenciatura, cinco de maestría y este año tres estudiantes aplicarán para ingresar a maestría y una de doctorado. Explica que la mayoría de los estudiantes que hacen el servicio social en su equipo hacen después la tesis de licenciatura. 

“Una de las áreas que me apasiona mucho es el trabajo de investigación en zonas altamente degradadas, porque considero que ahí es donde hay mayores necesidades de la gente que las habita. Muchas de estas comunidades tienen problemas de salud asociadas a la contaminación del agua; cuando los estudiantes se han incorporado conmigo, una de las cosas que busco es que tengan  ese mismo interés de generar beneficios a la sociedad a través de sus proyectos de investigación. Desde el principio les digo que todo el trabajo que hagan aquí, aunque sea muy chiquito, todas esas investigaciones tienen un enfoque para colaborar en la resolución de los problemas socioambientales que están enfrentando estas comunidades”. 

En estas zonas, explica Omar Arellano, hay violación de derechos humanos a vivir en ambientes sanos, por lo que toda nueva información y nuevo conocimiento es muy relevante porque les permite continuar defendiendo sus derechos humanos. 

“Hemos tenido la oportunidad en estos años no solamente de proveer de información sino de contribuir en políticas ambientales, en mejorar esas políticas, en dialogar con tomadores de decisiones, en hacer visible el problema pero más allá de sólo decir que se trata de un problema ambiental sino de brindar recomendaciones para poder frenarlo y revertirlo. Los trabajos que cada uno de los estudiantes han hecho en el laboratorio tienen este corte de apoyo a estas comunidades afectadas ambientalmente, y ellos se comprometen mucho más porque saben que los trabajos van a beneficiar directamente a las personas”. 

Para el investigador, la beca es un reconocimiento estimulante para los estudiantes porque si bien ellos están convencidos del trabajo y del tema, les da más confianza en lo que están haciendo. Además de que se les abren oportunidades una vez terminadas las tesis; algunos de sus estudiantes han tenido oportunidad de incorporarse al mercado laboral tanto al sector privado como público y desde ahí hacen sus aportaciones a todas estas problemáticas socioambientales. 

Diana Cantillo estaba el último día de clases del 2023 con el equipo del laboratorio del profesor Omar Arellano cuando recibió la noticia. “Fue muy emocionante porque en ese momento me llegó el correo con la notificación y todos nos pusimos muy contentos. Había pastel porque ese día despedimos a una compañera, pero también sirvió como celebración por el anuncio. Todos estábamos muy emocionados”. 

La convocatoria salió en noviembre de 2023 y la vio publicada en la página de la Facultad a través del correo enviado por la Secretaría de Comunicación. 

Además del apoyo económico, la beca ofrece la oportunidad de visitar dos plantas industriales de ExxonMobil en México. La premiación será en un mes y se realizará una comida para el cierre. 

“El tener este reconocimiento me hace sentir que existe realmente una preocupación por lo que ocurre en el río Atoyac y que mi tesis tiene un propósito. Creo que si el proyecto fue seleccionado, quiere decir que no es un tema al que se le va a dar un carpetazo como a veces pensamos que pasa con las tesis, sino que es un estudio que va a contribuir para uno más grande el cual es necesario y urgente ante la problemática que está sucediendo. Mi interés es colaborar para que la situación ambiental en el país mejore. Para ello se necesita una red amplia de colaboración, desde lo público, lo privado, desde la academia. Lo que más llenaría mi corazón a futuro es ser parte de esa colaboración para hacer que la situación ambiental en el país mejore”, expresó Diana Cantillo.